Versión libraria del mítico Monopoly. Disponible en Amazon y en inglés.visto en: papel en blanco
Este libro tan divertido, ideal para aprender el abecedario, es una preciosidad diseñada por Eduardo del Fraile, y distribuido por Julio Telio. A cada letra le asigna un sonido: el zumbido de una mosca para la letra “Z”, una enfermera pidiendo silencio para la “S” o el asombro de unos niños para la “O”
Que quede claro lo que se vende. No se vaya alguien a confundir y entre pidiendo cuarto y mitad de choped.
He encontrado en FACEBOOK este grupo: Yo también odio a las que van con tacones a la biblioteca. Ya tienen 490 miembros
El grupo se describe así:
Odias a las que vienen a la biblioteca dando taconazos? Bastante tenemos con estudiar como para que unas cuantas nos molesten con los taconcitos, la bilioteca no es para presumir es para estudiar.Los tacones para las discotecas NO PARA LAS BIBLIOTECAS!!Si alguna vez alguna de ellas te ha molestado, este es tu grupo!
Entre los comentarios uno que deja claro que la biblioteca no sólo es para estudiar. Menos mal! Y otro que propone que se debería actuar con los molestos taconazos como con los móviles, o lo apagas o te echan. Lo que nos faltaba
La banda de Nueva Zelanda Haunted Love titula uno de los temas de su disco "Librarian". El vídeo no deja esterotipo sin tocar. El mensaje: saltarse las normas de la biblioteca tiene consecuencias.
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Un señor muy serio llega al mostrador de préstamo y le pregunta a la bibliotecaria, por favor puede decirme dónde encuentro novela épica? La señorita muy solícita le anota varias signaturas. Al ratito, el usuario vuelve muy indignado con 3 libros en la mano.
- ¡Oiga! qué se ha creído? Esto no es lo que le he pedido.
[novela erótica por novela épica]
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- ¿Tenéis algún libro de sufismo?
- Sí, lo vas a encontrar en Deportes, el 796.
[surfismo por sufismo]
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¡Esto si que es un héroe! "Bibliotecarios Ninja. Nunca los oirás llegar"
Con un par de éstos, nos olvidamos de poner carteles, mandar callar, inhibidores, carreras por los pasillos, ... Pon un bibliotecario ninja en tu sala. ¡Ay, cómo me gusta! 
